—En este momento no quiero discar nada —dijo Irán.
—Entonces marca el 3 —sugirió él.
—No puedo pedir un número que estimula mi corteza cerebral para que desee discar otro. No
quiero discar nada, y el 3 menos aún, porque entonces tendré el deseo de discar, y no puedo
imaginar un deseo más descabellado. Lo único que quiero es quedarme aquí, sentada en la cama, y
mirar el suelo —su voz se afiló con el acento de la desolación mientras dejaba de moverse y su
alma se congelaba: el instintivo y ubicuo velo de la opresión, de una inercia casi absoluta, cayó
sobre ella.
"sueñan los androides con ovejas eléctricas?" de phillip k dick
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