21.4.07

"increíble, el colectivo nos lleva, y nos trae..."

Ya van dos veces. Y no hay nada que hacer. No hay nada que YO pueda hacer.
Entonces estás en el colectivo y te sentás al lado de una chica preciosa, preciosa accesible, no preciosa de esas que andá a saber quién califica para ser su novio. Y que se puede hacer? nada. El colectivo es el lugar menos indicado para encararte una chica. Mas allá de eso, no tengo la menor idea como hacer eso, a mí solo me sale ser simpático, pero de acá a empezar una conversación de cero con alguien que no conozco en un transporte público me falta un buevo.
Qué se le dice? porque no estás en situación social en que vas a algún lado que sabés que va a haber gente dispuesta a eso, no, estás en un cacho de metal con asientos y ruedas que te está llevando a algún lado y probablemente no tengas ganas de que un extraño molesto te hable. Talvez hasta tengas novio. Talvez al contrario, a mi me gustaría que una chica linda se me ponga a hablar en el colectivo, pero no se si pensarían lo mismo de mí.
Es complicado. Y sin embargo me quedo con la insatisfacción de que podría haber empezado algo y no lo hice.
Y justamente hablando de eso, ayer estaba en el 42 con mi nuevo compañero de viaje de los viernes cuyo nombre no retengo, y hablando de donde trabaja (punga), para quién, y cómo es uno de los únicos de acá que hace buenas cosas en 3D, todo lindo, entretenido. Apenas llegamos a ciudad universitaria, una chica linda con acento español* que había estado al lado nuestro todo el viaje, le dice que le gustaría tener su número de teléfono, porque trabaja en una productora y sus habilidades pueden venir muy bien porque no hay muchos que lo hagan. Asi que por fabricar una charla de viaje, el pibe probablemente ligó trabajo.
A lo que iba es que esa chica se lo encaró cuando salió del colectivo, y no adentro, lo cual es una buena movida, pero el chiste es que ninguna de las dos veces las chicas con las que me senté al lado se bajaron en mi misma parada.
No se como se hace, pero tengo que pensar algo que me haga hablarles.
Talvez funcione el Método Messina, nuevamente.
Hoy además es temático.



*La chica era pelirroja. Desde que pinté el cuadro de la pelirroja, las veo en todos lados.. talvez es una señal.. de.. algo...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Puesta en duda de que lo ominoso del domingo sea su cercanía con el lunes. Acá, el problema, es el sábado.
El domingo a la noche es un momento que guarda una dualidad: por un lado, cierta continuidad, cierto parecido respecto del sábado a la noche; y, por el otro, casi toda la posible lejanía temporal respecto de este (tengamos en cuenta que los viajes al pasábado no son una opción).
Y es una mentira, pero tenemos como una cierta idea de que el sábado no es un colectivo, pero que está lleno de rueditas y te puede llevar a algún lado.
Y si los sábados son frustrantes, los domingos son el doble de frustrantes.
En esas estaba yo, ese domingo en la parada del colectivo, medio saltando, medio acribillando, mordiendo el aire, y demás. Necesitaba.
Y me subo y me siento, y miro, y nada, y prendo, y White Stripes.
Y se sube, y mira, y lo miro, y se queda parado ¡el asiento a mi lado estaba vacío!
Y cada vez está más notablemente vacío, y duda, y se sienta, y se sienta sobre mi pollera, sin querer, se levanta, la corro, y lo miro, y White Stripes.
Tenía un brazo derecho de mujer. Suave y quieto, junto al mío. Pero nada está verdaderamente quieto en un colectivo ¿verdad? las sacudidas de la carrocería simulaban caricias… ¡ay!

Anónimo dijo...

Y White Stripes:
“Fall is here, hear the yell
back to school, ring the bell
brand new shoes, walking blues
climb the fence, books and pens
I can tell that we're going to be friends”
Y ahí me empieza a latir el corazón ante la posibilidad. Hacer o no hacer. Y pasan las canciones, y las cuadras, y se puede bajar en cualquier momento, yo misma no estoy tan lejos de mi parada.
Retrocedo las canciones, se vuelve a escuchar “I can tell…”. Y lo hago, me saco el auricular izquierdo de la oreja, y con una voz capaz demasiado suave, le digo ¿querés?
Y, casi sin mirarme, me responde: “no”.
Todo lo cuál hubiese sido mucho menos vil de haber tenido yo unos auriculares de fácil enganche, de no haber tenido que estar acomodando con mano temblorosa el audífono rechazado hasta que prácticamente la canción llegó a su fin.

FIN.

SrKaito dijo...

No podés dejar semejante relato sin decir quien sos. No da. Y más porque no reconozco la escritura. Y más poniendo la canción de white stripes que me bajé el otro día por ser la introducción de Napoleon Dynamite.
Eh.