Esos negros deprimidos y capos que hace casi 90 años interpretaron en el sur de Estados Unidos los blueses que estoy escuchando, jamás se habrían imaginado que yo los estaría escuchando ahora, en otro hemisferio, en una computadora, mientras hago dibujitos. Es más, es imposible que se hubiesen imaginado lo que es una computadora.
Ya que estamos, recomiendo, de la mano de Jack White.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario