1.1.12

2012

Me conmoví viendo los fuegos artificiales. Sobre todo porque el piso 8 de mi abuela da a barrios pudientes que les gusta tirarlos, y se ve absolutamente todo.
Y miraba el cielo lleno de colores, explosiones, texturas, algunos lejísimos, otros a unos metros, y algo me llegó. Creo que también tuvo que ver la luna, gigante, amarilla, bajísima, que se mezclaba con los fuegos artificiales. Me dio la sensación de un festejo planetario mas que del barrio. Pensé que ella habría sido testigo de millones, de cientos de millones de cambios de año, aun cuando no existía nadie que le diera importancia a eso. Quise darle un sentido apocalíptico a la imagen, y exageré la profecía del 2012 en mi cabeza, y pensé en disfrutar ese espectáculo como si fuera el último que podría haber, como si el año que viene no fuera a celebrarse nunca más. Las explosiones de colores me parecían metáforas de algo que ni me molesté en pensar qué. Gente, ideas, deseos, algo de eso. Me pareció que estaba bien festejarlo, aunque fuera solo por esta vez.

2 comentarios:

Shalena Mitcher dijo...

che.
yo había dejado un comentario acá!


¬_¬

jmm..

SrKaito dijo...

nunca llegó, eh
nunca borro los comentarios

que decía?