berazategui

En gazz estamos empezando un corto que tiene que ver con gauchos y payadas, y para interiorizarnos un poco justo surgió la oportunidad de colarnos en un viaje que hacían una horda de jóvenes suecas a ver una peña en el campo. Ese era el dato que teníamos y no mucho más. Estar a las 12 en constitución. Lo llamo a Toni y le pregunto que cómo nos encontramos, porque la estación es grande. Me dice que use mi criterio de escala cromática para encontrar una muchedumbre de gente rubia. Y efectivamente, estaban super identificables. Otro punto a destacar, mas allá de la rubiedad, es que el rango de color de su vestimenta raramente salía del blanco, negro y azul. Es más, mientras viajaba en tren y en subte vi un par de chicas muy rubias que estaba seguro que eran suecas, y lo eran. Vamos hasta el andén, no sin que antes me agarrara una nostalgia rara de cuando iba a esa estación fin de semana por medio a tomarme el tren a Quilmes. Era el mismo tren, solo que ibamos un par de estaciones más lejos. Un tren lleno de gente rubia. En el grupito que estábamos (porque ponele, las que trabajan en gazz son 3, pero eran tipo 100) estaban maravilladas, imaginate. Gente que viene vendiendo manteles, otros que vienen con un equipo de música gigante poniendo cumbia (antes los odiaba, hoy me dieron nostalgia), ciegos que cantan, vendedores de helado. En Suecia todo el mundo va callado, decían. Por suerte a nadie le robaron nada. Llegamos, y fue muy gracioso, la gente de la estación maravillada con el desfile de rubias. Había chicos también, pero eran minoría, no se por qué. No me había preguntado hasta ese momento cómo llegaríamos al campo, y ahí afuera de la estación estaba la respuesta: un flete. Parecían un campo de refugiados suecos. Nosotros los seguíamos atrás en taxi.



Y llegamos, y lo que pensábamos que iba a ser un campo abierto con gauchos, jineteadas, asados, y ruralidad, en realidad resultó ser un evento municipal peronista, con el intendente presente que le venía re bien decir cada tanto que había venido gente de Noruega, en un galpón. Fue medio decepcionante. Sobre todo para los que no venían de estudio de campo como nosotros, que simplemente habían escuchado que íbamos al campo a comer asado y quisieron venir. Igual no pudimos sacar ninguna conclusión. No vimos gauchos viejos y deprimidos, no vimos payadores, no escuchamos payadas. Solo cuarteto, folklore, asado y suecas. Estuvo bien.