bah, photo

Fuimos con Paula, después de no vernos desde hace un año, al palais de glace a ver Buenos Aires Photo, una muestra gigante de fotografía con expositores de todo latinoamerica, y para mi sorpresa hubo mucho mejor contenido que las últimas veces que fuimos a exposiciones de fotos. Pero ver el ambiente lleno de viejas paquetas que no tenían la menor idea de nada, gente de galerías con su escritorio hablando snobmente de las fotos que estaban exponiendo, que se me hicieron tan ajeno a todo lo que estaban vendiendo. Y esa es la otra palabra clave: vendiendo, que se me hizo mas como traficando, no se, se me hizo casi sucia la situación. La cosa es que me agarró una cosa de que es imposible mesurar lo bueno de una fotografía, y todavía más eso de elevarla al arte elitista. Una foto increíble puede ser accidental, y depende mucho de la habilidad del que saca, pero a la vez puede no serlo en absoluto. Sacar una foto es apretar un botón. Ojo, estoy hablando de las fotos que no son preparadas, esas son mas 'mensurables'. Entonces vas por la calle, sacás una foto a un edificio y estás en una exposición, y en una de esas en tu vida habías sacado otra foto, y no estoy diciendo con eso que haya que tener entrenamiento para poder sacar una buena foto, porque es mentira, pero no hay una intención, no hay arte, no hay nada. Y sin embargo un señor tostado con traje se lo vende a las viejas. Justo ahora para el parcial de hoy tuvimos que leer mucho de el cine imperfecto cubano, movimiento que entre otras cosas estaba a favor de la disolución de la poética en la vida real, de que todo el mundo creara arte todo el tiempo, como actividad cotidiana, y en contra del arte elitista creado para vender y crearse un nombre en el mundo del arte. Y la fotografía para mi es eso, es divertirse viendo y sacando, y es más un juego. Hay mucho de lúdico. Y sin embargo estos señores las andan vendiendo y me revolvió un cacho el estómago.
La cosa de todo esto es que no se como medir cuando una foto está buena, porque es mil veces mas subjetivo que con la pintura, la escultura, o ese tipo de cosas.
Igual la exposición está buena y dura hasta el domingo, asi que pueden ir (sofía, te recomiendo) y con carnet estudiantil sale la mitad.

Cuando salíamos fuimos por la calle del costado del palais, por donde no había ido nunca, y que es un mundo completamente aparte, es increíble, y vi esta situación, que los chicos con los que estaban dijeron de acercarse para pedirles de sacarles una foto, pero no me animé (es una de mis resoluciónes para el año que viene). Así que les saqué de lejos, con poca luz. Tres mucamas de casas recoletenses, sentadas fumando y charlando en un escalón en sus minutos de descanso.



Horas mas tarde estaría escuchando a Pablito Dacal, y es increíble como me gustan las canciones de ese señor. Mientras lo escucho es como que no puedo concebir como no le gusta al resto de las personas del mundo.



Ah, y también me encontré a Marilina adentro de la exposición, sin previo aviso. Eso fue gracioso.