Hoy me desperté cayéndome de la cama. No se si me habré despertado cuando estaba cayendo o cuando me golpeé, pero definitivamente fue graciosa y rara la situación. Fue divertido volver a la cama y que Emma me mirara con cara de qué onda. No se por que me habría estado moviendo tanto, pero se que fue por una disposición particular de las sábanas. No recuerdo que me haya pasado otra vez en la vida, y en realidad menos mal, porque toda mi infancia dormí en una cama de arriba.
(sí, está medio muerto el blog, pero tampoco tengo nada muy relevante para decir)
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