Volvía por Lacroze, con mucha lluvia, y cuando llego a la vía encuentro un grupo de dos chicos y dos chicas que me preguntan si podían usar mi celular porque les acababan de robar, les dije que sí pero que no tenía crédito y en realidad tampoco valía la pena porque no tenían el número de la comisaría. Entonces estoy por cruzar y me dicen que los pibes siguen ahí, que por las dudas no cruce, y ellos van para atrás, de donde yo venía, a buscar un patrullero. En la esquina se encuentran con otro pibe al que le dicen lo mismo, mientras yo pienso que hacer, porque esa vía es mi único cruce, salvo otros que quedan como a siete cuadras. Y digo ya fue, si están ahí, cruzo por el puentecito, y a la media cuadra me doy cuenta que es un camino muy oscuro, y tengo que cruzar por el puentecito donde el otro día creo que violaron a una chica. A esta altura los cuatro chicos ya habían desaparecido, pero el avisado, les estaba avisando a dos chicas más, que me avisan a mí, que ya sabía. El pibe dice que bueno, que somos cuatro, que crucemos igual. Yo le digo que los otros también eran cuatro y que les robaron igual. Entonces la chica dice que tiene un cutter en el bolso, y lo saca, y mientras la chica lo tiene en la mano, el otro pibe agarra cinco pedazos de baldosa suelta y los lleva apilados diciendo "si nos quieren robar tenemos esto y cualquier cosa les rompemos la cabeza". Yo no concibo una imagen mental de mí agarrando una baldosa y pegándosela en la cabeza a otra persona. Entonces cruzamos, y nos llenamos de agua en esa esquina siempre inundada, y no hay nadie, solo el del kiosko. Las chicas siguen para un lado, el chico y yo seguimos para otro. Caminamos una cuadra más, me cuenta que está asustado porque el otro día violaron a una chica y le pegaron un tiro a un guardia ahí a una cuadra. Nos despedimos, y me ofrece un pedazo de baldosa por las dudas. No, no, gracias, y camino las dos cuadras que quedaban hasta llegar a mi casa sin que pase nada.