Hay un edificio que se ve desde la ventana de mi baño. También se ve desde mi terraza y muchas veces le saqué fotos cuando el cielo está particularmente lindo. Es un edificio grande y sobre todo ancho, con muchísimas ventanitas, y cuando me voy a dormir muy tarde, no puedo evitar fijarme si hay ventanitas prendidas. La mayoría están apagadas, pero alguna que otra hay, y me pregunto qué estarán haciendo esas personas tan tarde, qué será de sus vidas.
Hoy volvía de clases y a una cuadra de casa veo que en la esquina había tres ambulancias, patrulleros y gente reunida. Si hay algo que me enseñaron las películas, es que cuando pasa eso, y te acercás a ver, en general hay un ser querido al que le pasó algo, y solo basado en eso me asusté un poquito y me empecé a preocupar a ver si algo podría haber pasado. Cuando llegué a la esquina vi que también había camiones de bomberos, y me tranquilicé porque claramente no era en mi casa. Estaban con una escalera larguísima, terminando de apagar el fuego en un piso muy alto. Todo había pasado cuando llegué.
Ahora me asomo a la ventana y veo todas las ventanas apagadas de siempre, el par prendidas, y todo un departamento negro, con manchas negras en todas sus ventanas, sobre uno que va todo para arriba. Y ahí va a quedar esa mancha para siempre. Y andá a saber quién vivía ahí.
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