25.10.10

los misterios de

Y al llegar a la página 110 me encuentro con el siguiente párrafo:

Lo que pasaba, y no había otra explicación, es que la tormenta era transparente. Dejaba ver lo que pasaba al otro lado. Los rojos, rosas, anaranjados, violetas, del poniente. Larguísimas nubes doradas como cocodrilos durmiendo la siesta. La bola colorada. Todo a través de ese cielo de blancuras grises, los trapecios, los hombres-bala. Parecía un espejismo. Y sin embargo lo estaban viendo, palmario y opaco como una pintura. La tormenta misma revelaba que no era lo único, que había otras cosas, otros mundos, que el clima no lo era todo.

Me gustó. Me encanta Aira.

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