Me doy cuenta que me encanta cocinar. Esta semana, porque mamá se resignó a hacerlo porque está con mucho trabajo, me estuvo cediendo mucho más la cocina (no se por qué nunca me deja cocinar, aún cuando después me acepta que cocino bien). Y lo re disfruto, es un buen ejercicio zen, porque si hay algo que no tengo yo es paciencia, y si hay que tener algo para cocinar es paciencia, y dejar que se hagan las cosas a su ritmo, y prestar atención de que no se pasen y eso. Y si dejo tortas en el horno, puedo irme a hacer otras cosas y volver. También funciona al revés, puedo hacer renders y en el entretiempo cocinar. Quiero cocinar más en el verano.
Ahora tengo que ganar la paciencia para dejar haciendo el té sin remojarlo.
2 comentarios:
Vas bien con el té, ayer no lo dejaste quietito?
Cuando lo hagas bien ni azúcar le vas a tener que poner! jaja
no creo que llegue al punto de azucar.. talvez bajarle la cantidad, pero nunca suprimirlo
igual me costó dejarlo quieto, me daba ansiedad
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