una de gatas

No se porqué Grial tiene una obsesión: cada vez que te metés al baño, cada vez, pasan unos segundos y escuchás rascar la puerta, que es ella tratando de entrar. Como no empuja lo suficiente le terminás abriendo para que esté ahí franeléandose mientras hacés lo que sea que tuvieras que hacer. Pero solo con el baño de abajo pasa, con el de arriba lo hacía de chiquita, cuando era flaca y cabía en la pileta y le abría el agua para que jugara. Pero es implacable, cerrás la puerta del baño y a los segundos ella esta ahí. Y es muy inteligente, porque apenas suena la cadena ella ya enfila para la puerta y sabe que hay que salir.
Grial es mi gata mas grande, la mamá de la mayoría de los otros. Es super querible porque es gorda y concisa y es como una bola de alegría, y maulla con un "brúh" y se comporta raro y me divierte mucho todo lo que hace.
Emma es la mas pequeña de mis gatas, y así como Grial, es blanca y negra. Estoy enamorado de ella porque tiene toda la actitud punk, pero sin embargo es super buena, es muy inteligente, confía en todo lo que le doy de comer, se pasa su buena parte del día en la terraza, pero también hay días que se queda todo el día durmiendo en mi cama.
Son mis dos gatas favoritas del mundo por razones totalmente diferentes.

La situación fue así:
Había bajado a buscar galletitas cuando en la escalera está Emma cariñosa y le empiezo a hacer mimos, me sigue hasta abajo, me acompaña y después me sigue hasta el baño, mientras le seguía haciendo mimos ahí pasó lo inevitable: Grial tocaba la puerta. Me daba mucha intriga la situación.. pasaría ella también? compartirían espacio? daría la media vuelta y se iría? Decidí abrir y fue tremenda la situación de engaño. En el lugar que le pertenecía a ELLA había otra gata, mi otra favorita. Y su lugar ya no estaba más. Le gruñó a Emma y desapareció, ofendidísima. Emma me miró y siguió cariñosa, pero había herido el orgullo de Grial. Fui a buscarla al estudio de mamá, donde estaba sentada en la alfombra, y se veía la incomodidad en su pose, en su mirada. Me acerqué para hacerle los mimos con los que la hago ronronear siempre, pero no, ni se movía, estaba super ofendida, porque además estaba Emma cruzando el estudio, asomándose por la puerta. Le hacía mimos pero no podía dejar de mirarla. Emma se cambió al lado derecho de la puerta y seguía mirando, no se sin con culpa o desafiante. Decidí que a Grial ya se le iba a pasar, porque en ese momento no respondía, y me volví arriba, no sin antes ser perseguido por Emma al salir del estudio, para que la acompañara a la cocina a comer.
No, si yo te digo, las relaciones humanas un poroto.